lunes, 30 de mayo de 2016

Intolerancia a la incertidumbre

Hace una semana hablaba de planes alternativos. No siempre son buenos y sanos, pero siempre reducen la incertidumbre. Y reducir la incertidumbre suele ser bueno, y para los que sufren de intolerancia a la incertidumbre aún más.

La incertidumbre es esa condición en la que algo no se conoce a la perfección o correctamente. Cuando se habla de incertidumbre en psicología se suele hablar en negativo, como ausencia o carencia de algo. Se suele definir como la falta de seguridad, certeza o confianza que genera incomodidad. Cuando no sabemos si va a llover mañana, si el móvil que estamos comprando se estropeará mañana, si nos despedirán del trabajo, si seremos capaces de educar a un hijo o si hemos cerrado la puerta del coche. Podría continuar para añadir las grandes preguntas del ser humano. Pero las que me interesan son las cotidianas.

Propensión o evitación de la incertidumbre


Las personas no se dividen entre propensos o evitadores de incertidumbre, aunque haberlos haylos. A la mayoría la incertidumbre nos gusta bastante poco. Pero nuestras vidas no están marcadas por la incertidumbre. Vamos a sitios, hacemos cosas, iniciamos proyectos y la incertidumbre es algo que asumimos como parte de la vida. No todos somos así.

Hay personas que son evitadores de la incertidumbre. Tienen un estilo de pensamiento con una marcada propensión a seguir lo que ya se conoce, lo que se da por hecho y en lo que cree todo el mundo. La mayoría está aquí, por eso son la mayoría. No hace falta mucha más explicación de este grupo.

También hay personas que son propensos a la incertidumbre. Personas que gustan de buscar datos nuevos, nuevas ideas y proyectos arriesgados. Realmente conozco pocos en este grupo pero haberlos haylos. Podríamos meter aquí a todos los descubridores y a casi todos los niños.

Intolerancia a la incertidumbre


El tercer grupo podría ser un grupo de evitadores. Pero los evitadores son personas normales. Son personas con poco gusto por discutir a la autoridad o a lo que diga la mayoría. Pero no son intolerantes, no sufren psicológicamente cuando hay incertidumbre. Un evitador está a gusto replicando un experimento que se ha hecho mil veces, el intolerante no replica el experimento porque le da miedo que no salga lo que debería. Hay un matiz.

La intolerancia a la incertidumbre está vinculada a muchos trastornos psicológicos. Con sólo pensar un poco nos podemos dar cuenta de que los trastornos obsesivos compulsivos y los trastornos de ansiedad tienen un componente de intolerancia a la incertidumbre muy altos. Una persona que necesita mirar treinta veces si ha cerrado el coche o que no puede dejar de pensar con sufrimiento si lo ha cerrado o no, es un intolerante a la incertidumbre. En el mismo lugar están los que sufren ansiedad encadenando "y si": y si se ha enfadado, y si me despiden, y si nunca...

¿Pero en qué influye y qué es realmente la intolerancia a la frustración? Unas investigadoras australianas se pusieron a la tarea de atomizar la intolerancia a la frustración y a comprobar en qué comportamientos patológicos estaba presente como factor importante.

Dividieron la intolerancia en dos: Una intolerancia prospectiva (deseo de predictibilidad) y una intolerancia inhibitoria (parálisis por incertidumbre), y estudiaron cómo se asociaba con varios comportamientos patológicos: comprobaciones compulsivas, procrastinación, evitación generalizada y comportamientos de control.

Los datos mostraban que la parálisis por incertidumbre, que hace que se sea incapaz de actuar, predecía la procrastinación y las comprobaciones compulsivas. Y que el deseo de predicibilidad estaba realcionado con los trastornos de comprobaciones compulsivas.

Este estudio y otros similares señalan la importancia del tratamiento de la intolerancia a la incertidumbre en personas con trastornos obsesivos compulsivos y procrastinadores. También nos pone en alerta ante uno de los síntomas previos de un posible trastorno. Un síntoma que no parece malo, que puede parecer una pequeña excentricidad en niños o adolescentes pero que puede provocar problemas de salud.

Fuentes:


lunes, 23 de mayo de 2016

No al plan B

La incertidumbre es una de las peores sensaciones que nos pueden provocar. Hay atracciones de feria diseñadas para darnos miedo. Pero tenemos la certidumbre, la certeza, de que las atracciones de feria van a funcionar. No nos montamos si tenemos dudas. Esa certeza en que todo va a salir bien nos ayuda a hacer cosas que no haremos por peligrosas o por miedo.

Una de las formas de reducir la incertidumbre cuando hacemos un plan es tener un plan alternativo. Cuando hacemos planes para irnos de vacaciones podemos dibujar un plan B por si acaso el pueblo no nos gusta. Añadimos otro posible destino al mapa y ya podemos irnos seguros de pasarlo bien. Al planificar una ruta de senderismo podemos dibujar una ruta alternativa más larga pero menos inclinada. Incluso cuando queremos que un producto triunfe podemos tener otro en la recámara por si sale mal. Todos estos ejemplos reducen la incertidumbre y el nerviosismo al realizar un plan. Nos lanza al monte, a visitar un pueblo o a vender un nuevo producto.

Pero no voy a hablar de la incertidumbre. Voy a hablar del Plan B, del plan alternativo. Imaginemos qué pasa si no hay plan alternativo cuando llegamos a un pueblo. Buscaremos actividades relativamente relacionadas con el plan original. Si tenemos un plan alternativo abandonaremos más rápidamente el plan original y nos cambiaremos de pueblo. Lo que hemos logrado es aumentar la respuesta negativa a un evento que no tenía porqué ser tan molesto.

Imaginemos la ruta de senderismo. Pies cansados, sudor, dolor de rodillas. ¿Había otro camino? Tenemos la discusión casi asegurada elijamos el que elijamos. Al que le parezca larga la ruta larga y empinada la ruta corta se enzarzarán en una lucha sin cuartel. Todo porque al haber un plan alternativo no hay ningún compromiso en seguir el primer plan.

¿Y el producto? Cuando hay un plan alternativo una parte de la empresa estará deseando que algo salga mal para destacar. ¿De verdad es bueno tener un plan alternativo?

Unos investigadores de EEUU encontraron que tener un plan alternativo reduce la incomodidad de la incertidumbre. Pero que tiene efectos negativos. Los principales efectos eran que los que tenían un plan alternativo trabajaban peor que los que no y que trabajaban aún peor si no les gustaba el plan principal.

¿Qué hacemos cuando tengamos que planificar? Si es una cuestión corporativa habría que ocultar la existencia de planes alternativos. En el plano personal no hay que tener un plan principal que le guste a unos y uno alternativo que le guste a otros, todos deben estar de acuerdo en llevar a cabo el plan principal antes de tener uno alternativo. Si el plan alternativo ya nace como un reproche el mal rato está servido, mira que te lo dije.


Fuentes:


martes, 17 de mayo de 2016

Hazme un favor

Hacer peticiones, pedir favores, es una de las habilidades sociales más difíciles de aprender. Hay gente experta en hacer peticiones, pero la mayoría es experta en no hacerlo.

Podríamos dibujar una línea desde la petición más pequeña hasta la más gorda que se nos ocurra. En las pequeñas podríamos poner peticiones a personas conocidas del tipo: aguántame el paraguas mientras me cierro el abrigo, o acércame el salero, o déjame el coche. Las grandes podrían ser, por no variar, pedirle a un desconocido que te aguante el paraguas mientras te cierras el abrigo, o pedirle a alguien desconocido más alto que tú que te coja una caja en un supermercado, o hacer autostop.

domingo, 15 de mayo de 2016

Pornografía y masturbación

Cuando uno toca estos temas se siente tentado a disculparse de antemano por si dice alguna barbaridad y alguien se escandaliza. Vivimos en una época de cambios en la que todos tenemos cierta vida interior pero no podemos hablar de ella.

Que conste que yo no me invento nada. Cuenta la leyenda que en Canadá buscaron hacer un estudio psicológico con varones. Un grupo que sí se masturbaba frente a otro que no. El estudio se suspendió porque no había ninguno que no.

Pero no voy a hablar de si es bueno o malo. Tampoco de si suben las hormonas, los triglicéridos y baja el azúcar. Vamos a ver curiosidades y paradojas asociadas a la masturbación y a la pornografía.

miércoles, 11 de mayo de 2016

No me lo digas, cuéntamelo

Hace poco leí un cómic, Logicomix, que contaba parte de la historia de Bertrand Russell (filósofo y matemático). Es un cómic muy interesante sobre el fundamento de las matemáticas modernas. Un tema muy duro y que jamás me ha interesado, pero el cómic me gustó y lo disfruté.

También leí hace poco tiempo La cuchara menguante. Es una serie de relatos que nos cuenta el descubrimiento de los elementos químicos de la tabla periódica. Otro tema que nunca me ha interesado, pero que no impidió que el libro me encantara y lo disfrutara.

En el colegio y en el instituto no se me daban mal las matemáticas, tampoco bien. Eran algo que estaba ahí y nunca me propuse aprender nada de matemáticas por gusto. ¿Qué hacía yo leyendo un libro sobre los fundamentos de las matemáticas?

La física o la química no eran mis platos favoritos. Y el libro de La Cuchara Menguante habla, mucho, de capas de electrones y otros fenómenos que en el instutito me parecían el cúlmen de la tortura académica. ¿Y cómo he podido disfrutar un libro sobre química?

La respuesta a ambas preguntas es sencillísima. En ambos libros me han contado una historia. Me han narrado los fundamentos de las matemáticas y cómo los electrones iban dando saltos por los átomos siendo perseguidos por un ejército de químicos.

lunes, 9 de mayo de 2016

Actividades extraescolares

Hace unos días hablaba de que casi cualquier actividad extralaboral que hagamos, mientras sea novedosa y nos obligue a aprender algo nuevo nos protege de los efectos negativos del estrés. Por aquí estaba.

El efecto, decía, se debe al crecimiento de neuronas que se da cuando aprendemos algo nuevo. ¿Pero, y los niños? Tienen cerebros en crecimiento constante y lo están aprendiendo todo de nuevas. Son niños, llevan poco tiempo aquí y no saben cómo funciona nada (tablets aparte). ¿Tiene algún efecto positivo el meterlos en ballet, tenis, música?

sábado, 7 de mayo de 2016

¿Quién llega antes?

Vamos a explicar las dos formas principales de orientarnos. Al menos son las dos formas que los psicólogos más estudian en los laboratorios. Y las voy a explicar recurriendo a dos estudios y suponiendo que lo que dicen en ambos estudios se puede aplicar al mundo real.

No me gusta hacer suposiciones, pero hoy me toca hacerlas. Imaginemos que tenemos un buen montón de taxistas, hombres y mujeres. Y les pedimos que vayan desde un punto de la ciudad a otro, un camino fácil, pero en una ciudad que no conocen aunque miran un mapa antes de salir. ¿Quién llega antes?

miércoles, 4 de mayo de 2016

Conciertos anti-estrés

Combatir es el estrés es una de las prioridades de la sociedad actual. Es normal, porque todo se vive de forma que nos desgasta emocionalmente. El trabajo, la familia, la falta de tiempo, las prisas.Incluso hay errores y mitos que empeoran nuestra resistencia al estrés.

Uno de los mitos es que las emociones negativas hay que liberarlas o conducen a traumas y problemas lo más gordos que se nos pueda ocurrir. Lo cierto es que las personas que buscan actividades catárticas, de las de romper platos o terapias del grito, muestran más infelicidad que los que esperan a que se les pase el enfado. Mantienen el enfado y el malestar durante el tiempo que haga falta hasta que puedan romper un plato, gritar, aporrear un saco. Sí que salen más relajados, pero a costa de mantener el nivel de malestar hasta que pueden liberarlo.

martes, 3 de mayo de 2016

Sacudirse la ansiedad

 Voy a decir lo que digo siempre del estrés. No significa ansiedad, significa desgaste. Por tener ansiedad, hoy, no pasa nada. La ansiedad no es algo malo y nos puede servir para que evitemos un daño o un mal.

Pero tener ansiedad las 24 horas del día, tener un trabajo que es una fuente constante de problemas o una familia que no para de gritar, sí es estresante. Es como una lima o un papel de lija que pasa una y otra vez por nuestras emociones, hasta dejarnos estresados, desgastados.

lunes, 2 de mayo de 2016

Deprimido? Haz algo de ejercicio

¿Algo, sólo algo? Pues sí.

Cuando alguien tiene un problema de ánimo todo el mundo opina (todos tenemos como mínimo una opinión), que debe hacer deporte. Que debe cansarse. Al parecer está demostradísimo que cuanto más cansado termines de hacer deporte más lejos se va el estado de ánimo decaído.

domingo, 1 de mayo de 2016

Matemáticas por ordenador

Enseñar matemáticas a los niños puede ser doloroso para los padres, para los profesores y más aún para los niños. Eso convierte la enseñanza de las matemáticas en uno de los grandes filones de la investigación educativa.

Una de las formas que se suelen escoger para reforzar las matemáticas es el poner cientos de miles de ejercicios. Una vez enterrado el niño en papel, y tras terminar las decenas de problemas, el niño tiene que esperar a volver al colegio para corregirlos, o esperar a que un progenitor o hermano mayor los corrija. Repite conmigo: ¡Mal!