viernes, 27 de enero de 2017

El estrés de ligar

Que el ligar genera ansiedad lo sabemos todos. Pero hoy hablaremos de un estudio que encuentra que los niveles de cortisol, la hormona del estrés, suben al ligar.

El que suba el cortisol no es completamente malo. Pero que en los días posteriores a un encuentro tengamos malestar debido a la subida del estrés sí nos puede producir mucho más perjuicio que beneficio.


El Experimento


Unos investigadores de EEUU presentaron varias situaciones de ligue potencial a varios participantes. Buscaban las diferencias sociales, demográficas, situacionales e individuales en los niveles de cortisol.

El experimento se basaba en interacciones con posibles parejas de forma no presencial. Los participantes grababan un vídeo para presentarse a las parejas. En otro momento veían un vídeo corto de una posible pareja que, supuestamente, estaba viendo su vídeo anterior. Entonces les decían que se iban a conocer mediante un web-chat que nunca tenía lugar. Al final, los participantes recibían calabazas, aceptación o nada de nada de la posible pareja.

Resultados


Yo hubiera dicho que las calabazas son lo que peor sienta, o la ausencia de feedback, por aquello de la incertidumbre. Pero no. Cualquier respuesta, la que fuera, aumentaba los niveles de cortisol. Los niveles de cortisol no dependían de los resultados.

Sí se encontró aumento en los que veían a la posible pareja como más deseable, a sí mismos como menos deseables y eran hombres.

Así que lo que produce estrés es la propia situación, no las calabazas. Y lo que provoca el malestar en los días posteriores es el aumento del cortisol. Vale que, si hacemos algo de ejercicio extra, el cortisol baja y la experiencia no sería tan perjudicial.

También podríamos pensar que la ansiedad previa al ligue, el malestar que se sufre ante estas situaciones, puede estar provocado por el malestar que se produce en los días posteriores al encuentro por el aumento de cortisol.

Soluciones


Una posible solución para desensibilizarnos al proceso de ligue sería programar actividades para reducir el estrés en los días posteriores y eliminar parte del malestar.

Otra posible solución sería combatir el que no nos veamos deseables. Este razonamiento, el vernos no deseables, puede verse fortalecido al producirse un malestar debido al cortisol  tras los encuentros, independientemente de que nos haya sido objetivamente favorable.

Otra solución, más de ciencia ficción, aunque todo llegará, sería la estimulación eléctrica transcraneal. Otro día hablaré de ella, que es una opción cada vez más cierta a la medicación. Pues, con esta estimulación, se podría estimular alguna zona que inhiba las conductas de huida o que module la ansiedad.

Ya hay científicos que han logrado aumentar la memoria en humanos para caras con este tipo de estimulación y numerosos estudios, en animales, que consiguen modular respuestas y actitudes patológicas.

Referencias


Brunyé, T. T., Moran, J. M., Holmes, A., Mahoney, C. R., & Taylor, H. A. (2017). Non-invasive brain stimulation targeting the right fusiform gyrus selectively increases working memory for faces. Brain and Cognition, 113, 32-39. doi:10.1016/j.bandc.2017.01.006
Jaremka, L. M., & Collins, N. L. (2017). Cortisol increases in response to brief social exchanges with opposite sex partners. Biological Psychology, 124, 39-46. doi:10.1016/j.biopsycho.2017.01.001
Wscieklica, T., Silva, M. S., Lemes, J. A., Melo-Thomas, L., Céspedes, I. C., & Viana, M. B. (2017). Deep brain stimulation of the dorsal raphe inhibits avoidance and escape reactions and activates forebrain regions related to the modulation of anxiety/panic. Behavioural Brain Research, 321, 193-200. doi:10.1016/j.bbr.2016.11.054

viernes, 20 de enero de 2017

Combatir la depresión

Tras la introducción de la semana pasada, esta semana, vamos a proponer un pequeño entrenamiento para combatir la depresión desde el funcionamiento de nuestra memoria.

La semana pasada vimos que las personas con el ánimo deprimido suelen tener problemas de sobregeneralización de los recuedos. Una incapacidad real de categorizar los recuerdos como eventos concretos. Una persona que sobregeneralice no habla de su recuerdo de cuando fue este verano a una fiesta, habla de su recuerdo "ir de fiesta". Tampoco localiza temporalmente los recuerdos y algo que sucedió por la mañana es algo que sucedió durante todo el día.

viernes, 13 de enero de 2017

Memoria Autobiográfica

Este es un capítulo introductorio de la entrada de la siguiente semana, si tengo tiempo. Mi intención es hablar de un problema en la memoria característico del estado de ánimo deprimido y cómo combatir, en parte, la depresión usando un método indirecto.

Vamos a hablar en esta ocasión de la memoria autobiográfica, más concretamente de la memoria autobiográfica episódica y de la memoria autobiográfica sobregeneralizada, y de su relación con el estado de ánimo deprimido.

viernes, 23 de diciembre de 2016

Musicoterapia

Más de una vez, y más de dos, me he encontrado con carteles y anuncios que pregonan terapias musicales de grupo impartidas por personas sin formación. También me he encontrado con personas que consideran la musicoterapia una pseudoterapia como la homeopatía o las flores de Bach. Pero, ¿es un bulo la musicoterapia? ¿la puede impartir cualquier persona? ¿funciona?

Hoy vamos a hacer un repaso a la evidencia científica que existe sobre la musicoterapia y a definirla un poquito. Voy a tener presente en todo momento que el que no sea perjudicial no significa que sea beneficiosa. Ir a terapias ineficaces puede estar bien para alguien que no tiene ningún problema, pero resta tiempo valiosísimo si lo que necesitamos es ayuda.


lunes, 6 de junio de 2016

Pensamiento crítico y comprensión lectora

Uno de los aspectos que más loco puede volver a unos padres es que sus hijos tengan problemas con la comprensión lectora. Para hacernos una idea de lo grave que puede ser tener problemas con un texto sólo hay que pensar que a partir de cierta edad hasta las matemáticas tienen un texto que hay que comprender para poder resolver un problema. Y que todo en el contexto educativo, desde la asignatura más simple para niños de 5 años hasta la última asignatura de un doctorado en astrofísica, está explicado con textos.

Un niño con una capacidad matemática sobresaliente, pero con una capacidad lingüística insuficiente, suspenderá matemáticas porque no entiende los problemas. Esta capacidad lectora deficiente acarreará, antes o después, una dificultad añadida en el resto de asignaturas. Nos podemos consolar con que es bueno en matemáticas o en dibujo o en música, que no importa tanto que no entienda los textos, pero sí que importa.

Hoy vamos a ver dos estrategias que se suelen proponer para mejorar la comprensión lectora y traigo un estudio que las compara. A ver qué encontramos.

lunes, 30 de mayo de 2016

Intolerancia a la incertidumbre

Hace una semana hablaba de planes alternativos. No siempre son buenos y sanos, pero siempre reducen la incertidumbre. Y reducir la incertidumbre suele ser bueno, y para los que sufren de intolerancia a la incertidumbre aún más.

La incertidumbre es esa condición en la que algo no se conoce a la perfección o correctamente. Cuando se habla de incertidumbre en psicología se suele hablar en negativo, como ausencia o carencia de algo. Se suele definir como la falta de seguridad, certeza o confianza que genera incomodidad. Cuando no sabemos si va a llover mañana, si el móvil que estamos comprando se estropeará mañana, si nos despedirán del trabajo, si seremos capaces de educar a un hijo o si hemos cerrado la puerta del coche. Podría continuar para añadir las grandes preguntas del ser humano. Pero las que me interesan son las cotidianas.

Propensión o evitación de la incertidumbre


Las personas no se dividen entre propensos o evitadores de incertidumbre, aunque haberlos haylos. A la mayoría la incertidumbre nos gusta bastante poco. Pero nuestras vidas no están marcadas por la incertidumbre. Vamos a sitios, hacemos cosas, iniciamos proyectos y la incertidumbre es algo que asumimos como parte de la vida. No todos somos así.

Hay personas que son evitadores de la incertidumbre. Tienen un estilo de pensamiento con una marcada propensión a seguir lo que ya se conoce, lo que se da por hecho y en lo que cree todo el mundo. La mayoría está aquí, por eso son la mayoría. No hace falta mucha más explicación de este grupo.

También hay personas que son propensos a la incertidumbre. Personas que gustan de buscar datos nuevos, nuevas ideas y proyectos arriesgados. Realmente conozco pocos en este grupo pero haberlos haylos. Podríamos meter aquí a todos los descubridores y a casi todos los niños.

Intolerancia a la incertidumbre


El tercer grupo podría ser un grupo de evitadores. Pero los evitadores son personas normales. Son personas con poco gusto por discutir a la autoridad o a lo que diga la mayoría. Pero no son intolerantes, no sufren psicológicamente cuando hay incertidumbre. Un evitador está a gusto replicando un experimento que se ha hecho mil veces, el intolerante no replica el experimento porque le da miedo que no salga lo que debería. Hay un matiz.

La intolerancia a la incertidumbre está vinculada a muchos trastornos psicológicos. Con sólo pensar un poco nos podemos dar cuenta de que los trastornos obsesivos compulsivos y los trastornos de ansiedad tienen un componente de intolerancia a la incertidumbre muy altos. Una persona que necesita mirar treinta veces si ha cerrado el coche o que no puede dejar de pensar con sufrimiento si lo ha cerrado o no, es un intolerante a la incertidumbre. En el mismo lugar están los que sufren ansiedad encadenando "y si": y si se ha enfadado, y si me despiden, y si nunca...

¿Pero en qué influye y qué es realmente la intolerancia a la frustración? Unas investigadoras australianas se pusieron a la tarea de atomizar la intolerancia a la frustración y a comprobar en qué comportamientos patológicos estaba presente como factor importante.

Dividieron la intolerancia en dos: Una intolerancia prospectiva (deseo de predictibilidad) y una intolerancia inhibitoria (parálisis por incertidumbre), y estudiaron cómo se asociaba con varios comportamientos patológicos: comprobaciones compulsivas, procrastinación, evitación generalizada y comportamientos de control.

Los datos mostraban que la parálisis por incertidumbre, que hace que se sea incapaz de actuar, predecía la procrastinación y las comprobaciones compulsivas. Y que el deseo de predicibilidad estaba realcionado con los trastornos de comprobaciones compulsivas.

Este estudio y otros similares señalan la importancia del tratamiento de la intolerancia a la incertidumbre en personas con trastornos obsesivos compulsivos y procrastinadores. También nos pone en alerta ante uno de los síntomas previos de un posible trastorno. Un síntoma que no parece malo, que puede parecer una pequeña excentricidad en niños o adolescentes pero que puede provocar problemas de salud.

Fuentes:


lunes, 23 de mayo de 2016

No al plan B

La incertidumbre es una de las peores sensaciones que nos pueden provocar. Hay atracciones de feria diseñadas para darnos miedo. Pero tenemos la certidumbre, la certeza, de que las atracciones de feria van a funcionar. No nos montamos si tenemos dudas. Esa certeza en que todo va a salir bien nos ayuda a hacer cosas que no haremos por peligrosas o por miedo.

Una de las formas de reducir la incertidumbre cuando hacemos un plan es tener un plan alternativo. Cuando hacemos planes para irnos de vacaciones podemos dibujar un plan B por si acaso el pueblo no nos gusta. Añadimos otro posible destino al mapa y ya podemos irnos seguros de pasarlo bien. Al planificar una ruta de senderismo podemos dibujar una ruta alternativa más larga pero menos inclinada. Incluso cuando queremos que un producto triunfe podemos tener otro en la recámara por si sale mal. Todos estos ejemplos reducen la incertidumbre y el nerviosismo al realizar un plan. Nos lanza al monte, a visitar un pueblo o a vender un nuevo producto.

Pero no voy a hablar de la incertidumbre. Voy a hablar del Plan B, del plan alternativo. Imaginemos qué pasa si no hay plan alternativo cuando llegamos a un pueblo. Buscaremos actividades relativamente relacionadas con el plan original. Si tenemos un plan alternativo abandonaremos más rápidamente el plan original y nos cambiaremos de pueblo. Lo que hemos logrado es aumentar la respuesta negativa a un evento que no tenía porqué ser tan molesto.

Imaginemos la ruta de senderismo. Pies cansados, sudor, dolor de rodillas. ¿Había otro camino? Tenemos la discusión casi asegurada elijamos el que elijamos. Al que le parezca larga la ruta larga y empinada la ruta corta se enzarzarán en una lucha sin cuartel. Todo porque al haber un plan alternativo no hay ningún compromiso en seguir el primer plan.

¿Y el producto? Cuando hay un plan alternativo una parte de la empresa estará deseando que algo salga mal para destacar. ¿De verdad es bueno tener un plan alternativo?

Unos investigadores de EEUU encontraron que tener un plan alternativo reduce la incomodidad de la incertidumbre. Pero que tiene efectos negativos. Los principales efectos eran que los que tenían un plan alternativo trabajaban peor que los que no y que trabajaban aún peor si no les gustaba el plan principal.

¿Qué hacemos cuando tengamos que planificar? Si es una cuestión corporativa habría que ocultar la existencia de planes alternativos. En el plano personal no hay que tener un plan principal que le guste a unos y uno alternativo que le guste a otros, todos deben estar de acuerdo en llevar a cabo el plan principal antes de tener uno alternativo. Si el plan alternativo ya nace como un reproche el mal rato está servido, mira que te lo dije.


Fuentes: